El agua generada por las precipitaciones en curso se filtra por los cielorrasos y pone en peligro de desmoronamiento a los mismos con el riesgo para la salud e integridad física de los y las empleadas, funcionarias y peritos judiciales que allí trabajan y de aquellas personas que acuden a dicha dependencia.
Recordamos la crisis edilicia que atraviesa el Fuero Civil y Comercial, cuyos Juzgados N° 2, 3, 4, 5, 8, 9, 14 y 16 deben abandonar el edificio donde se encuentran emplazados por las falencias estructurales que presenta y el virtual de riesgo de derrumbe, a lo que se suma las filtraciones de agua que sufre el Juzgado Civil y Comercial N° 15, en cuanto se produce alguna tormenta en la ciudad.
Indudablemente la construcción de la ciudad judicial es la solución definitiva e integral a este problema estructural y no el improvisado traslado del fuero penal juvenil a otro edificio, ni el alquiler o la compra millonaria de inmuebles que no fueron construidos de acuerdo a las necesidades funcionales de dependencias judiciales.