Entre otros temas se abordaron la emergencia edilicia que atraviesa el Juzgado, no sólo por las precarias e inseguras condiciones del edificio, de las que venimos dando cuenta desde hace meses, sino por su falta de funcionalidad y la ausencia de espacios suficientes que garanticen la privacidad de las entrevistas y la reserva de cuestiones sensibles que allí se tratan a diario como son los casos de violencia familiar y de género entre otros ejemplos. Esa falencia edilicia genera también el hacinamiento de las y los empleados, funcionarios y peritos del juzgado que obstaculizan el normal desarrollo de la tarea habitual.
Asimismo se trató el respeto de la carrera judicial, la organización del trabajo y demás condiciones laborales.